top of page

La Red de Trabajo Fiscal: cuando la sociedad se les para a los tecnócratas

El diario El Espectador escogió a la Red de Trabajo Fiscal –de la cual hace parte el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana– como uno de los personajes de 2021. Se trata de un reconocimiento que nos anima a seguir trabajando para seguir poniendo las finanzas al alcance de todas las personas.


La promoción de la conversación pública sobre las finanzas públicas en Colombia, el análisis de las propuestas de reforma tributaria y de los proyectos de Presupuesto General de la Nación, y la promoción de las mejores fórmulas para promover la transparencia, la rendición de cuentas y la información completa –peso por peso, programa por programa–, son los ejes centrales que movilizan nuestro trabajo.


Felizmente, no estamos solos en la tarea. Las demás organizaciones y centros de pensamiento que hacen parte de la Red de Trabajo Fiscal comparten estos intereses y buscan también –cada una desde su esencia, vocación y produciendo contenido pensado para su público objetivo– promover un debate informado, basado en datos y cifras.


Al margen de los matices, las finanzas públicas –un tema que hasta hace muy poco tiempo permanecía reservado para un grupo reducido y cerrado de expertos, funcionarios y opinadores– despiertan el interés de cada vez más personas en Colombia. Las finanzas públicas –su gestión, diseño y utilidad social– dejaron de ser un tema exclusivo de los economistas. La historia reciente de nuestro país da cuenta de ello.


Las movilizaciones ciudadanas de 2019, 2020 y 2021 han tenido como eje central la política fiscal y tributaria. Al margen de consideraciones sobre circunstancias y consecuencias aisladas de estas expresiones sociales, se trata de una muy buena noticia: pensar, diseñar, reformar y ejecutar la política fiscal es asunto de todos. En este sentido, la existencia de la Red de Trabajo Fiscal como una instancia para analizar y proponer líneas de acción es un insumo valioso para el debate público.


Hoy queremos contarles qué es la Red, y darles voz a varias de las personas que han contribuido a hacer de ella un referente a nivel nacional.



La falta de transparencia en las finanzas públicas del país fue la que propició las primeras conversaciones. De correos electrónicos y charlas informales pasamos a un grupo de Whatsapp. Esto llevó a diversas reuniones en las que abordamos la posibilidad de trabajar de manera conjunta. Fescol –particularmente María Fernanda Valdés, su coordinadora– jugó, y sigue jugando, un papel clave.


La Red no tiene una página web ni documentos que la constituyan. Tampoco un reglamento o una membresía. Se trata de un grupo de organizaciones aliadas y amigas. Nos llevamos muy bien, lo cual no quiere decir que no haya habido discusiones (no muy acaloradas, eso sí) sobre las mejores recomendaciones para proponerle al país.


“No ha sido fácil tener una voz unificada. Las claves han sido enfocarnos en los temas comunes (como beneficios tributarios, progresividad en la fiscalidad, y la necesidad de combatir la elusión y evasión fiscal), y manejar un gran respeto por el trabajo de los demás miembros de la Red”, destacó María Fernanda.


Construir propuestas y generar conocimiento sin dejar que las diferencias académicas, ideológicas o, incluso, procedimentales sean un impedimento, es una de las ganancias del trabajo realizado. Esa multiplicidad de visiones enriquece la tarea.


“En el tema fiscal y tributario, que es esencial para la sociedad civil, había poca voz. Logramos formar una masa crítica de organizaciones de la sociedad civil y centros de pensamiento de la academia, y darles voz a las personas en unos temas que tocan a todas las personas. La participación en el debate público –en espacios como medios de comunicación y foros, pero también con propuestas concretas– han constituido hitos muy relevantes en este camino. No somos una Red que se limite a diagnosticar, sino que somos propositivos, y eso es clave”, señaló Alejandro Rodríguez, investigador de DeJusticia.

Entre las labores destacadas de la Red se encuentran la pedagogía ciudadana durante la propuesta de reforma tributaria de 2019, constituyéndose como una fuente de referencia para ciudadanos, congresistas y periodistas. Precisamente, Daniel Libreros, director del CPFF de la Universidad Nacional, interpuso una de las demandas por vicios de forma que terminaron dejando sin piso –y con razón– la reforma tributaria de 2019. Tras la caída de dicha norma y la radicación del mismo proyecto (con algunas modificaciones) se prosiguieron las labores de pedagogía.


Durante la pandemia el énfasis del trabajo se puso en la veeduría y el seguimiento al uso de los recursos públicos. Las indagaciones del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana evidenciaron que no eran precisos los anuncios de una inversión de 117 billones de pesos en la atención de la pandemia, y –con un riguroso seguimiento al uso y destinación de los recursos dispuestos para la atención de la emergencia– se siguen explicando los procesos y pidiendo claridades para la ciudadanía.


Posteriormente, a finales de 2020, se lanzaron una serie de propuestas acerca de los ejes y contenidos que una nueva reforma tributaria en el país debería abordar.


Este año que termina, tras la caída del proyecto inicial de reforma tributaria, como consecuencia de las movilizaciones ciudadanas, la Red de Trabajo Fiscal llevó a cabo su trabajo más ambicioso hasta la fecha, cuando le presentó al país una contrapropuesta de reforma. El documento, firmado por varios integrantes de este equipo, constituyó un ejercicio académico que no se había visto antes en el país, pues contenía un articulado que el Congreso de la República podría haber incluido en sus deliberaciones.


La propuesta recaudaba los 20 billones de pesos que el Ministerio de Hacienda había anunciado se necesitaban, sin poner a más personas a pagar tarifas más altas de IVA, ni subirles impuestos a personas con ingresos menores a 6 millones de pesos. También –mediante la eliminación de exenciones tributarias a sectores privilegiados, y promoviendo una tributación más progresiva de las ganancias de capital y dividendos – les bajaba impuestos a las pequeñas y medianas empresas.


“La propuesta de reforma tributaria ganó la atención del país en un momento clave. El estallido social ha encontrado en el tema tributario un punto de arranque. En este sentido, cambiar coordenadas de tributación es clave”, destacó Daniel Libreros.


Otro de los temas de interés de la Red ha sido la exigencia de la publicación de microdatos anonimizados por parte de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Este tipo de información permite conocer el impacto real de los impuestos en la sociedad, pudiendo medir su eficiencia y posibilitando ajustes en su diseño, con el fin de cumplir objetivos en materia social, fiscal y macroeconómica. Varios integrantes de la Red escribieron un artículo académico al respecto a comienzos de 2021. En este enlace pueden encontrarlo.


Los temas tributarios le interesan a toda la ciudadanía, pero entender los procesos que implican puede resultar complejo. Ese es uno de los retos que tiene la Red. Así lo explica Eleonora Lozano, decana de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes: “Tenemos que profundizar el trabajo de pedagogía. Se trata de un tema complejo, que reúne un interés general. En ese sentido, la Red debe consolidarse como un espacio de encuentro, diálogo e información útil”.


Otro de los retos, explicó Andrés Ordoñez, quien es profesor investigador del Centro Externadista de Estudios Fiscales del Departamento de Derecho Fiscal de la Universidad Externado, consiste en institucionalizar a la Red, dotándola de “un acuerdo marco, que posibilite trabajos de investigación conjunta y garantice recursos humanos, físicos y financieros, de modo que podamos seguir entregándole a la ciudadanía el contenido de calidad que espera”.


La Red de Trabajo Fiscal encarna un interés renovado –y plenamente justificado– de la sociedad civil por hablar sobre temas que tradicionalmente estaban reservados a un grupo reducido de personas.


¿Cómo contribuyen las reformas tributarias a la construcción de una nueva visión económica? ¿De qué forma están impactando los impuestos que se cobran en el país la lucha contra la desigualdad? La Red encarna y representa a una sociedad que está esperando que los tecnócratas respondan estos y otros interrogantes.


La inclusión del componente académico en este proceso resulta muy valiosa, pues permite articular a diversos actores de la sociedad civil que buscan dotar de sentido sus demandas y agendas.


Las movilizaciones ciudadanas que se han observado en el país desde 2019 dan cuenta de una brecha cada vez mayor entre las expectativas de la ciudadanía y las recetas tradicionales de la tecnocracia. Consciente de este proceso, la Red busca tender puentes a partir del conocimiento, los datos, las cifras y el desapego de intereses particulares, privilegiando el interés común y el compromiso con la equidad y el progreso del país.


“En el futuro próximo queremos que en la contienda electoral del 2022 el tema fiscal sea tratado con la seriedad que se merece, no solo pidiendo a los candidatos propuestas sólidas para el país sino logrando compromisos en temas claves como las guaridas fiscales y la transparencia de datos, entre otros”, señaló María Fernanda.


“Luego de la contienda electoral nos enfocaremos en trabajar en la reforma tributaria que el gobierno que llegue tendrá sí o sí que adelantar. La Red seguirá trabajando en los próximos años con vehemencia por una política fiscal más justa y sobre todo más transparente”, agregó.


¿Qué viene ahora? “Seguir haciendo propuestas”, aseguró Daniel Libreros. “Así como hay tanques de pensamiento empresariales, nosotros, por la vía de esta coordinación, seguiremos haciendo publicaciones e investigaciones coordinadas; hacer seguimiento a lo fiscal y tributario en el país es cada vez más importante”, añadió.


El reconocimiento otorgado a la Red lo es en realidad para toda la ciudadanía.


Este trabajo evidencia la forma en que la sociedad civil –las personas de a pie– se le han parado de frente a un círculo relativamente cerrado de técnicos que han manejado la política económica del país. Ese manejo –tan colegiado y cordial como desventajoso para amplias capas de la población– demanda cambios. La pedagogía, el conocimiento, el diálogo y las propuestas audaces son el camino para lograrlo.

bottom of page