Pocos temas han generado tanta controversia durante la actual campaña por la Presidencia de la República como el tema pensional. Se trata, a todas luces, de una buena noticia: a pesar de los intentos de algunas campañas y aspirantes por plantearle a la ciudadanía un debate electoral basado en sindicaciones y lugares comunes, los temas de fondo se están posicionando como los conductores de la carrera por la jefatura de Estado.
Discusiones basadas en datos y en hechos –apoyadas, además, en las cifras y evidencias que arroja la experiencia–: eso es lo que necesita el país, sobre todo en medio de la actual coyuntura, marcada por el proceso de recuperación pospandemia y por la necesidad urgente de implementar reformas como una nueva tributaria, con el fin de hacer frente al creciente nivel de déficit en las cuentas públicas.
A la par de la necesidad de una nueva reforma tributaria, diversos analistas, sectores políticos, y hasta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han señalado la necesidad de que el país implemente reformas en materia laboral y pensional.
Ha sido en este contexto que se ha animado la conversación entre candidatos y campañas presidenciales acerca de la mejor forma de garantizar la estabilidad del sistema pensional en el país, y de que cada vez más personas puedan acceder a un monto que les garantice bienestar una vez terminen su periodo de vida laboral.
En este sentido, es muy positivo que los candidatos presidenciales estén dando cada vez más detalles de sus programas de gobierno. Y, a pesar de lo que parecerían diferencias insalvables entre las campañas, la verdad es que hay un consenso bastante amplio en el país con respecto a cómo debe ser el sistema pensional.
La conversación sobre el tema pensional en el marco de la contienda presidencial la ha animado Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico. La revista Semana resume su planteamiento en estos términos: “Se trata de un régimen de reparto simple a través del cual las cotizaciones hasta cuatro salarios mínimos se harían vía Colpensiones. De ahí en adelante el ahorro se haría a través del esquema individual, es decir, el que actualmente manejan los fondos privados”.
“En tercer lugar –agrega Semana– se tendría un peldaño voluntario, mientras que el régimen subsidiado se transformaría para aumentar el monto de lo que actualmente entrega el programa Colombia Mayor, con lo cual, el subsidio para las personas mayores sería de 500.000 pesos, pues Petro es partidario de que las ayudas económicas se utilicen para sacar a la gente de la pobreza, no para darles una ‘limosna’”.
Sobre estos “pilares” se ha venido hablando en varios espacios en nuestro país en el último tiempo. Fedesarrollo, por ejemplo, planteó en su documento Reformas para una Colombia post-COVID-19. Hacia un nuevo contrato social la conveniencia de reemplazar el esquema actual por uno basado en tres pilares: el primero, de cobertura universal y con carácter no contributivo, que entregaría un ingreso básico. El segundo sería de ahorro individual, organizado por actividad económica, empresa o empleador. El tercer pilar sería de ahorro individual voluntario.
No se trata, pues, de un tema nuevo, sino de algo que se ha estudiado a profundidad. Adicionalmente, no es algo que durante la presente campaña haya sido planteado únicamente por Gustavo Petro. Alejandro Gaviria, exprecandidato de la coalición Centro Esperanza, también habló de esta modalidad, aunque con algunas variaciones.
El centro del debate en la actualidad no gira en torno a la modalidad de pilares –ni siquiera respecto a la necesidad o no de implementar una reforma– sino hasta qué nivel de salarios va a llegar cada pilar. No es un asunto menor, pues es a partir de este criterio que se va a caracterizar a las personas que eventualmente accedan a cada modalidad. Estos umbrales incidirán de forma contundente en la ampliación de los márgenes y las posibilidades para que cada vez más personas en Colombia puedan acceder a una pensión.
Nos dimos a la tarea de seguir la explicación detallada que hizo Petro sobre su propuesta, y encontramos que absolutamente nada tiene que ver con alguna noción de quitarles a las personas los aportes que han hecho. Esa es una consideración que es importante hacer al momento de analizar el asunto.
“Proponemos un régimen de pilares, creado en Holanda con éxito y acogido por el Banco Mundial y Fedesarrollo”, señaló. “El régimen de pilares hace complementario y no competitivo el sistema de fondos privados con el público”, agregó.
¿Cómo se introduciría el mecanismo? El candidato dice lo siguiente: “La ley establecerá que, a partir de su fecha de transición, la cotización se determinará entre el fondo público y el privado” y que “la decisión para los actuales cotizantes de mover su acumulado de ahorro en el fondo privado para conmutarlo por pensión en el público” será libre.
A juicio de Petro, abrir esta posibilidad es una buena noticia para las cuentas públicas. “Ya 87.000 colombiano(a)s se han pasado de los fondos privados al Colpensiones, con 55 billones de ahorro acumulado. Tan sabia decisión buscando pensión, salvó de la bancarrota al Estado colombiano”, asegura.
Respecto a la gestión de los recursos para pagar pensiones en el ahora, Petro señala que Colpensiones hará “el pago de pensiones de los actuales pensionados” con “las cotizaciones (de) hasta cuatro salarios mínimos”. Agrega también que “no se afectarán los derechos adquiridos de los actuales pensionados”.
“Si hay superávit en la cuenta del fondo público, esta no financiará los gastos del Gobierno. Será propiedad exclusiva del fondo público y sus rendimientos financieros pasaran a ser parte del presupuesto de Colpensiones”, añade.
Con esta explicación, Petro también brinda luces sobre la financiación de su propuesta de entregar una renta mínima básica a las más de 3 millones de personas de la tercera edad que hoy no tienen una pensión.
“El presupuesto de la Nación, a través de la disminución de su transferencia a Colpensiones, logrará financiar el que se le entregue medio salario mínimo como bono pensional a todas las personas de la tercera edad que hoy no tienen pensión”, explica el candidato.
“Lo que proponemos es lo contrario de una expropiación, que sí se viene realizando con el actual régimen que entrega utilidades bancarias, pero no entrega pensiones”, puntualiza Petro.
La principal preocupación con respecto a la propuesta de Petro es el envejecimiento de la población. Incluso si se pudiera pasar a un régimen de reparto sin generar más exigencias al presupuesto de la Nación por el momento, cuando haya menos jóvenes y más adultos mayores esta sostenibilidad de largo plazo queda en el aire, y, por eso, es importante entrar a debatir los detalles de la propuesta. Pero, por lo pronto, resulta muy positivo encontrar en el actual panorama electoral propuestas estructuradas y con sustento técnico en su explicación y detalle. La ciudadanía, la academia y, por supuesto, los demás aspirantes a la Presidencia tendrán así elementos para disentir, complementar y formarse una posición al respecto.
Este es el camino. Estamos atentos a escuchar –y analizar– las propuestas de los demás candidatos.
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