Regalías 2025-2026: el presupuesto de este bienio se duplicó por saldos no ejecutados desde 2012
- Observatorio Fiscal
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En diciembre de 2024 el Congreso de la República aprobó la Ley 2441 de 2024 del Presupuesto Bienal del Sistema General de Regalías ara 2025 – 2026 por una suma de $30,9 billones. Sin embargo, a la terminación de cada presupuesto bienal, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) determina los montos finales recaudados por regalías del bienio que se termina y los pagos o giros realizados efectivamente, el saldo a favor producto de esta operación se constituye en una disponibilidad inicial para incorporarse como ingreso del bienio siguiente.
Con la expedición del Decreto 379 de 2025, el MHCP formalizó el cierre presupuestal para el bienio 2023 – 2024. Esta operación no solo implica una actualización contable de los recursos efectivamente recaudados y ejecutados, sino que representa un insumo clave para entender la dinámica del presupuesto del nuevo ciclo.
El resultado es contundente. Al cierre del bienio anterior se determinó una disponibilidad inicial de $31,7 billones, que se incorporarán como ingreso del bienio en curso.
En otras palabras, más del 50% del presupuesto 2025 – 2026 no proviene de nuevos recaudos por regalías sino de recursos no ejecutados en el bienio que concluyó.
¿De dónde vienen estos recursos?
Como se detalla en nuestra Guía Ciudadana, al finalizar cada bienio el Ministerio de Hacienda calcula el saldo entre ingresos y giros ejecutados, y ese excedente se incorpora al nuevo presupuesto como disponibilidad inicial mediante decreto expedido a más tardar el 31 de marzo.
En ese orden de ideas, el presupuesto bienal del Sistema General de Regalías (SGR) aprobado inicialmente mediante ley para el bienio 2023 – 2024 fue de $30,6 billones. La disponibilidad inicial incorporada posteriormente vía decreto fue de $19 billones ($25 billones a precios de 2025). Además, el sistema presentó mayor recaudo por $9,6 billones, y recibió otros $3,8 billones por multas, reintegros y rendimientos financieros. Esto ocasionó que el presupuesto de ese bienio alcanzara los $63 billones.
Sin embargo, con corte al 31 de diciembre de 2024, los giros registrados en el Sistema de Presupuesto y Giro de Regalías (SPGR) solo alcanzaron la suma de $30 billones, que, junto a otros ajustes y descuentos, el cierre del bienio anterior generó una disponibilidad inicial de $31,7 billones. Estos recursos adicionales para el bienio actual provienen del saldo no comprometido de recursos de inversión territorial, lo cual evidencia las dificultades históricas para ejecutar estos fondos.
Esta cifra se suma a los $30,9 billones aprobados por el Congreso en diciembre del año pasado, elevando el presupuesto total del SGR para el bienio 2025 – 2026 a $62,6 billones. Aplicando otros ajustes menores, como los excedentes del Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE), del Fondo de Pensiones Territoriales (FONPET), y los ingresos por sanciones e intereses, el monto total para este periodo se eleva a $63,7 billones.
Una mirada a la distribución del presupuesto
Del total de $63,7 billones, cerca del 91% se destinará a inversión en los distintos componentes del SGR, entre los que se encuentran las asignaciones directas a entidades territoriales, los fondos regionales, los recursos para la paz, la inversión ambiental y la ciencia, tecnología e innovación.
Solo el 2,2% se orientará al funcionamiento del sistema y a labores de seguimiento y control, mientras que el 5,5% restante corresponde a mecanismos de ahorro, como el FAE y el FONPET.
Figura 1. Presupuesto del SGR 2025–2026 por tipo de gasto (Cifras en billones de pesos)

La cifra extraordinaria de $31,7 billones que se incorporan al presupuesto del bienio 2025 – 2026 hace evidente la sistemática falta de ejecución de recursos del sistema. Por ejemplo, al presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) del bienio 2023 – 2024 se incorporaron disponibilidades iniciales por $2,7 billones, lo que alcanzó una apropiación total de $5,7 billones para ese periodo. De estos recursos, solo se ejecutaron $1,4 billones, generando una disponibilidad inicial de $4,3 billones que incrementa de $2,6 a $6,9 billones el presupuesto disponible para CTeI durante el 2025 – 2026.
Sin embargo, en el caso del componente de ahorro y estabilización, la disponibilidad inicial del Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE) para el bienio 2025–2026 es sustancialmente mayor que la apropiación inicial debido a principalmente dos factores:
Los recursos del FAE solo se des-ahorran cuando se presentan caídas significativas en el recaudo por efecto de menores precios internacionales o menores volúmenes de producción. En contextos de estabilidad o crecimiento en la renta petrolera y minera, los recursos permanecen intactos.
En caso de un recaudo superior al proyectado por mayores precios o volúmenes de producción, el 45% de ese mayor recaudo se destina directamente al ahorro del FAE. En consecuencia, al no haberse requerido retiros y sumarse nuevas entradas, el saldo de ahorro aumentó considerablemente, explicando el alto nivel de disponibilidad inicial que ahora se incorpora al nuevo presupuesto.
El desafío de convertir las regalías en desarrollo
Desde 2013, el monto de las disponibilidades iniciales ha crecido en términos reales de manera sostenida, pasando de $4,3 billones en el bienio 2013 – 2014 a $31,7 billones en el bienio 2023–2024. Esta tendencia revela un problema estructural: la creciente acumulación de recursos no ejecutados. Esto refleja una debilidad institucional en términos de planeación, formulación, contratación y ejecución del gasto de los recursos de regalías.
Figura 2. Disponibilidades iniciales del SGR por bienio (2013–2024) (Cifras en billones de pesos)

Desde el Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana subrayamos que estas cifras deben leerse con una doble lente: oportunidad y advertencia. El presupuesto 2025–2026 inicia con una capacidad financiera sin precedentes, pero también con una señal clara de alarma: la incapacidad crónica del sistema para ejecutar sus recursos. Más de $31 billones (equivalentes al 2% del PIB) no se ejecutaron en el bienio 2023 – 2024 y ahora se incorporan como saldo al nuevo ciclo. Esta cifra, lejos de ser solo un activo disponible, es también el reflejo de debilidades institucionales persistentes.
Consideramos que el reto no es presupuestal, es de gestión pública. No basta con tener más recursos: es urgente traducirlos en bienes públicos concretos, en proyectos concluidos y en impactos verificables para las comunidades. Eso exige fortalecer las capacidades territoriales, optimizar la planificación y asegurar mayor transparencia en la ejecución.