Alegando la posibilidad de contagiarse de Covid-19, la mayoría de los congresistas ha descartado la posibilidad de regresar en el corto plazo a sesiones presenciales –una postura que contrasta con el día a día que viven millones de colombianos que deben trabajar normalmente en medio de una pandemia–.
Sin embargo, al menos para un grupo de legisladores, parece que la calidad del aire, el lavado de manos y las normas de distanciamiento social son mejores en el Ministerio de Hacienda que en el Capitolio Nacional.
Durante todo el día del martes 13 y el miércoles 14 de octubre, convocados desde el despacho del ministro de Hacienda, los coordinadores y ponentes del proyecto de ley de Presupuesto General de la Nación para 2021 sostuvieron “reuniones de trabajo” en la sede del Ministerio.
Como hemos contado, los ponentes de un proyecto de ley son los congresistas encargados de proponer ajustes a las iniciativas que se están discutiendo y ponerlas a consideración de sus colegas.
En el caso del proyecto de Presupuesto General, es usual que se hagan al menos una o dos reuniones públicas de los ponentes en las que los ciudadanos pueden conocer sus posiciones, opiniones y énfasis en torno a una ley que determina cómo se va a gastar la plata de todos los colombianos. Inicialmente, dichas reuniones, como era de esperar debido a la pandemia, no se hicieron presencialmente y se hicieron de forma virtual. Incluso, algunas contaron con transmisión pública para que la gente pudiera verlas por internet. Sin embargo, las últimas reuniones del PGN fueron realizadas físicamente, a puerta cerrada en el Ministerio de Hacienda y sin transmisión pública.
De hecho, salvo las sesiones de socialización del proyecto por parte del Gobierno, las jornadas de discusión y aprobación de la iniciativa en primer debate, y dos reuniones de ponentes, los colombianos no han podido conocer los temas o el contenido de las reuniones entre los ponentes del proyecto. Tampoco de las reuniones entre los ponentes y el Gobierno.
Lo mismo ya había ocurrido en agosto pasado, antes del primer debate del proyecto de Presupuesto, cuando contamos cómo la mayoría de los ponentes del proyecto, en vez de trabajar sus ponencias de forma independiente en sus despachos, prefieren hacerlo en el Ministerio de Hacienda. Es importante señalar que esta no es una práctica nueva. Sin embargo, debido a la virtualidad con la que está trabajando el Congreso, parece haberse profundizado todavía más.
Es importante hacer dos salvedades importantes. El diálogo siempre será importante, sobre todo entre dos ramas independientes del poder público como lo son el legislativo, en cabeza del Congreso, y el ejecutivo, representado por el Ministerio de Hacienda. No obstante, resulta llamativo que la redacción de las ponencias se haga a instancias de quien –en algunos casos– podrá tomar decisiones discrecionales sobre destinación y gasto.
En segundo lugar, estas “reuniones de trabajo” no implican que nada indebido se hable allí. Eso sí, no deja de ser llamativo el hecho de que a varias de ellas no puedan entrar ni siquiera los asesores de los congresistas. Si la plata es de todos los colombianos, ¿por qué no pueden enterarse de lo que allí se habla? Adicionalmente, al tratarse de jornadas de trabajo marcadas por el rigor técnico, las cifras y la búsqueda del bienestar de todos, ¿por qué no pueden los colombianos ver esas sesiones?
(Invitación desde el despacho del Ministro de Hacienda a los ponentes del proyecto de Presupuesto General para que participen en las “jornadas de trabajo”.)
Pasadas estas jornadas de trabajo y con las ponencias listas, el turno de la discusión será para las plenarias del Senado y la Cámara. El objetivo es que la ley de Presupuesto sea una realidad el próximo 19 de octubre.
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