Vale la pena preguntarse acerca de las políticas tributarias que serán implementadas por parte del nuevo gobierno, y si el nuevo presidente de la República intentará modificar de forma sustancial la tributación actual. Un tema de gran importancia que casi no se discute es si el nuevo presidente, el nuevo Ministro de Hacienda y el nuevo Director (a) de la DIAN continuarán o no con la política que viene desarrollando el país en materia de avances en la negociación y suscripción de los tratados para evitar la doble tributación.
Este es sin duda un tema de gran relevancia para el país, pues le permite al gobierno colombiano negociar con países desarrollados, bajo el modelo de la OCDE, los Convenios que garantizan que a las personas o empresas no se les cobren impuestos dos veces por un mismo concepto cuando se realizan transacciones o inversiones de carácter transnacional.
En efecto, aunque Colombia no pertenece a la OCDE (se han hecho esfuerzos por parte del actual Gobierno para entrar a hacer parte de dicho organismo), el país acoge el modelo de la OCDE para negociar y suscribir los tratados para evitar doble tributación.
Desde el año 2005 a la fecha, Colombia ya ha celebrado varios Convenios para Evitar la Doble Tributación con países como España, Chile, Suiza, Canadá y México, entre otros, y existen Convenios que aún se encuentran pendientes de culminar el proceso de incorporación dentro de la legislación colombiana, como los convenios con Francia, Japón y el Reino Unido.
Es crucial que el nuevo gobierno mantenga de forma seria y estructurada el equipo de funcionarios de la DIAN que durante los últimos años se han encargado de realizar las negociaciones de los Convenios para Evitar la Doble Imposición y que se han especializado en los asuntos de tributación internacional, para efectos de mantener el carácter técnico de dichos funcionarios y el amplio conocimiento que han logrado en relación con las políticas de negociación bajo los lineamientos de la OCDE. Es imperativo que el país siga desarrollando e incrementando su red de tratados y que se ajuste a los lineamientos de las buenas prácticas tributarias que establece la OCDE, ya que este tipo de tratados facilitan la inversión extranjera en Colombia al igual que la inversión colombiana en el exterior, aportando con ello al crecimiento económico nacional.
Este es sin duda un camino que ya ha venido recorriendo el país de forma correcta y respecto al cual no se puede perder el rumbo, ni retroceder en los avances y logros realizados en materia de tributación internacional. El nuevo gobierno debe continuar con la expansión de la red de Convenios y cumplir con los objetivos de acogerse a los lineamientos tributarios trazados por parte de la OCDE.